Cultivo urbano: consejos para tener una huerta casera

No es necesario una gran inversión ni tener muchos metros de patio o jardín. Con algo de información, podés armar una huerta en casa, ahorrar dinero y comer más sano. Tener un hobby, compartir una actividad gratificante en familia, gastar menos dinero en alimentos y comer más sano. Son apenas algunos de los beneficios asociados al cultivo urbano, una tendencia que avanza y se masifica de la mano de recursos creativos que hoy permiten tener una huerta casera aún en un metro cuadrado de balcón o incluso en una maceta. Consejos para sumarte a una moda que hace bien. Hacer una huerta en casa no es difícil ni costoso. Por eso cada vez son más los que empiezan a sembrar en su hogar sus propias verduras, hortalizas y plantas aromáticas.
Invirtiendo algo de tiempo y poco dinero, podemos disfrutar de la horticultura hogareña, una tarea que, además de relajarnos y entretenernos, nos va a ayudar sin duda a tener una alimentación más saludable y a ahorrar dinero. Cómo hacer una huerta casera Es importante saber que no hace falta una gran inversión para armar una huerta orgánica en casa: basta con un poco de información para dar el puntapié inicial y conocer algunas claves de la tarea de la siembra y la cosecha. Tené en cuenta al comienzo una huerta puede demandar tiempo y dedicación, pero, una vez que se establece, te va a dar mucho pidiéndote poco.
Qué necesitamos para hacer una huerta Lo primero que debés saber es que nadie está excluido de la posibilidad de hacer su propia huerta en casa: no es necesario tener un patio ni un gran jardín: basta con un pequeño balcón e incluso en una maceta que cuelgue de una ventana. Básicamente, lo que necesitamos son tres cosas básicas:
Una maceta o recipiente donde colocar tierra: quienes viven en departamentos o casas pequeñas pueden armar su propia huerta en cajones, canastos, macetas y hasta tachos de pintura.
Basta con ponerse creativos y buscar en casa algún objeto que no usemos. Con al menos 40 centímetros de profundidad para que las raíces crezcan a gusto, alcanza.
Eso sí: es clave recordar perforar la base para permitir el drenaje.
Tierra y abono para que en la maceta se renueven nutrientes, aire y agua (si te animás a compostar, mejor aún -más adelante te contamos de qué se trata).
Semillas o plantines: si podés conseguir semillas orgánicas, ideal.

LA PARALELA - HUERTAS CASERAS - CAMINO AL BARRIO

¿Cómo CULTIVAR una HUERTA?

¿CÓMO? Se empieza trabajando el SUELO, que es el “intestino de las plantas”. Un suelo sano es sinónimo de una huerta sana. Los componentes esenciales del suelo son: Materia Orgánica, Minerales y Micro-organismos. Para lograr un buen sustrato utilizá 50% de compost o humus de lombriz y 50% de tierra negra. Recordá la importancia de que la tierra esté suelta y con buena estructura para el cultivo de la huerta. El suelo tiene que tener MULCHING o COBERTURA, que es una capa de material seco (hojas secas, pastos secos, etc) para protegerlo del sol directo y conservar la humedad. Imitamos al mantillo de los bosques. El DRENAJE es muy importante sobre todo si la huerta es en maceta, ya que evita el posible estancamiento e inundación que perjudica mucho a las plantas. Si no lo tiene, ¡Es importante que lo hagas! A excepción que uses macetas textiles que liberan el agua progresivamente por sus poros. Hay dos tipos de SIEMBRA, directa: es decir que se siembra en el lugar definitivo, respetando la distancia que requerirán las futuras plantas. En almácigos: las semillas son sembradas en macetas, bandejas o plugs y cuando salen las primeras hojas son trasplantadas al lugar definitivo. Pautas generales para la siembra directa paso a paso Se puede sembrar en la maceta o el suelo directamente. Sembrar a una profundidad equivalente al doble del diámetro de la semilla seleccionada. Colocar 2 o 3 semillas por pozo. Cubrir con tierra y proteger con mulching o cobertura. Regar suavemente, manteniendo constante la humedad en el suelo. La base de CULTIVAR de forma orgánica la huerta es la prevención, por lo que lo principal va a ser ofrecer a las plantas las condiciones óptimas para su desarrollo: luz, nutrientes, espacios, suelo y riego apropiado, entre otras. Una planta sana y bien nutrida tiene mejores defensas para soportar el avance de una plaga o enfermedad. En la huerta orgánica se intenta, a través de diferentes prácticas, que el sistema se autorregule, como ocurre en un ecosistema natural. Además, se recomienda poner en práctica las siguientes técnicas Promover la biodiversidad de la huerta, colocando distintas hortalizas y aromáticas. Se puede además colocar aromática como lavanda, romero, salvia, ruda, ajenjo y orégano y flores de colores amarillo o naranja, como por ejemplo las caléndulas y los copetes, las que atraen insectos beneficiosos para la huerta. Utilizar buenas asociaciones dentro de la huerta, colocando juntas a plantas que se benefician entre sí, o distanciando aquellas que pueden competir. Esto permite aprovechar mejor el espacio, equilibrá los nutrientes de las plantas y evitá la formación de plagas. Tener un buen sustrato: suelto y fértil a través de la incorporación de abonos orgánicos, como lombricompuestos.

¿Qué CULTIVAR en una HUERTA?

¿QUÉ CULTIVAR? Aromáticas Hortalizas Frutales En general todas son bastante simples de cultivar, sin embargo, algunas requieren más cuidados o tratamientos especiales, por ejemplo, el tomate que se tutora, algunas variedades de apio que mejoran el sabor con un aporcado. La mayoría de las aromáticas son plantas rústicas y resistentes, a excepción de algunas más delicadas y sensibles, como el eneldo. Plantar distintas variedades de plantas asociadas puede mejorar el aprovechamiento del espacio. Plantar plantas de crecimiento vertical, con plantas de crecimiento horizontal permite aprovechar al máximo el espacio y que no se estorbe su crecimiento. Es bueno combinar las plantas que desarrollan más sus raíces con plantas que desarrollan más sus hojas. Por ejemplo, la lechuga con la zanahoria. Para elegir los cultivos para tu huerta, especialmente las hortalizas, se debe tener en cuenta lo siguiente: La época del año La dificultad del cultivo vinculada a los cuidados y requerimientos de suelo, agua y luz El tamaño y los tiempos que implicara su crecimiento Qué te gustaría comer Las verduras de hojas como la lechuga, la acelga o la rúcula son ideales para principiantes ya que son rápidas, rendidoras y cultivables todo el año

¿Cuándo CULTIVAR una HUERTA?

¿CUÁNDO? Algunas hortalizas se pueden cultivar todo el año, y otras tienen requerimientos específicos en cuanto a las horas mínimas de luz que necesitan o las temperaturas óptimas para desarrollarse. La mayoría de los cultivos son anuales, es decir que viven en una época determinada del año y después mueren (o se cosechan). Generalmente las temporadas son primavera-verano y otoño- invierno. La rúcula puede cultivarse en cualquier momento del año mientras que el tomate se siembra en agosto / septiembre y se reemplaza por otro cultivo al comenzar el otoño, ya que cumple su ciclo / no tolera las heladas Las aromáticas son plantas perennes que se cultivan todo el año, salvo algunas excepciones como la albahaca que se cultiva en primavera y verano, o el perejil que es bianual. En general las aromáticas en invierno no crecen y hasta se pueden debilitar sus hojas, sin embargo, llegada la primavera vuelven a desarrollarse con fuerza. La huerta en otoño e invierno: Al finalizar el verano, las horas de sol disminuyen y las temperaturas comienzan a bajar. Por eso, durante la temporada otoño-invierno, las hortalizas que resistan heladas y toleren el frío, serán las más adecuadas para el cultivo exitoso de la huerta. Esta época resulta ideal para el cultivo de plantas como arvejas, brócoli, repollos, cebolla de verdeo y puerro, algunas de hoja verde como lechugas y acelgas o de raíz como zanahorias, remolachas y rabanitos.

¿Dónde CULTIVAR una HUERTA?

¿DÓNDE? Podés hacer una huerta en un patio, balcón, terraza o jardín. Para seleccionar el lugar de la huerta, lo más importante a tener en cuenta es la disponibilidad de luz solar (por lo menos 4 a 5 horas de sol para la mayoría de hortalizas y frutales) y la comodidad en el acceso al sector. Es recomendable también disponer de una canilla cercana para facilitar el riego. La huerta puede hacerse en el suelo, en el caso de disponer un jardín, o en contenedores, como macetas o cajones. En relación al tamaño, la extensión de la huerta puede ser muy variable, por lo que hay que considerar que, cuanto más grande la huerta, mayor será el trabajo que requiera pero también la producción, la cantidad y/o variedad de las plantas que pueden elegirse. Te sugerimos que empieces pequeño. Si se quiere armar la huerta en macetas o cajones, se puede colocar en contenedores individuales o para varias plantas. Si querés poner cada planta en su maceta, considerá que, para la mayoría de aromáticas, el tamaño de la misma debería ser por lo menos de 20 cm de alto, largo y ancho (5 litros aprox). En el caso que elijas contenedores grandes para poner muchas plantas, calculá que entre planta y planta debería haber como mínimo 15 a 20 cm de distancia. ¡Atención! Es importante conocer los requerimientos de espacio, agua y luz para combinar plantas en la misma maceta. Las dimensiones de la maceta deben adaptarse a los requerimientos de cada cultivo, por ejemplo, la zanahoria necesita mucha profundidad (mínimo 25 cm), y un tomate para crecer y producir requiere un espacio mayor a 40 x 40cm. La rúcula puede crecer correctamente en contenedores de 15cm de profundidad Diseñá tu huerta considerando el espacio que disponés, el estilo de la casa y particularmente del balcón, patio o jardín en el que se va a ubicar la huerta. Ponete creativo y aprovechá al máximo tu espacio.

¿Para qué CULTIVAR una HUERTA?

¿PARA QUÉ? Tener una huerta implica múltiples beneficios para vos, para tu comunidad y para el ambiente. Entender el ciclo de vida de la tierra Comenzar a cultivar tus propios alimentos y mejorar el entorno en el que habitamos nos permite entender los ciclos de la tierra, hace que nos sintamos más vivos y nos reencontremos con estos ciclos. Observar los factores que afectan el crecimiento de las plantas nos permite entender mejor el ambiente que nos rodea. Consumo local y responsable Para reducir las largas cadenas de transporte apostá por lo que tengas más cerca, siempre que sea posible de mejor calidad y ayudá al desarrollo de la economía local. Agro-ecología La producción agroecológica de alimentos, sin fertilizantes químicos ni pesticidas, se basa en la gestión sostenible de los recursos naturales. Lejos de emitir Gases de Efecto Invernadero, como la agricultura industrial, ayuda a enfriar el planeta reduciendo emisiones y fijando CO2 en los suelos. Mayor participación El grado de éxito de los planes de mitigación del cambio climático depende de todas y cada una de las personas que vivimos en el planeta. Es muy importante integrar e involucrar a toda la comunidad; niños, adolescentes, adultos y mayores. Invitar a los vecinos, para ayudarles a entender la importancia de la propuesta, compartir la cosecha con ellos e invitarlos ser participes activos del cambio. Vivir mejor con menos, lo pequeño es hermoso No solo es un problema de cómo se produce, es sobre todo la falsa idea del consumo como forma de satisfacción de todas nuestras necesidades. Usa solo lo que necesites y trabaja por lo que verdaderamente te hace bien. Para nosotros: las personas y el planeta.

10 vegetales que sólo deberás comprar una vez si aprendes estos trucos para regenerarlos

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Si crees que cultivar tus propios vegetales puede significar una tarea muy complicada, estos trucos harán que cambies tu percepción.
Crecer una lechuga, zanahoria e incluso una piña puede ser tan sencillo como disfrutar de tus vegetales y frutas y reutilizar sus restos para cultivar más. De esta forma no necesitarás comprar nuevamente estos alimentos ni preocuparte constantemente de cuidarlos, porque prácticamente crecen por sí solos sin la necesidad de contar con semillas. Sin requerir de conocimientos en jardinería o labranza, sólo debes tener en cuenta un par de factores y cuidados que encontrarás a continuación:

1. Aprende a germinar una piña sin semillas

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Después de habernos comprado una piña usualmente desechamos la cáscara y la corona, pero ahora podrás aprovechar esta última para obtener una nueva planta de piña, que en el futuro dará frutas que podrás consumir. Lo mas importante es que las piñas no estén excesivamente maduras o amarillas, esas no nos servirían ya que suelen fallar más a menudo, lo ideal es hacerlo con una piña mas o menos verde, o poco madura, que veamos que no tiene muy estropeadas las hojas del fruto.

2. Cómo rebrotar una lechuga


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A partir de un pequeño tronco de lechuga comprada o cosechada en el huerto, puedes obtener una nueva lechuga. Podrás ir consumiéndola poco a poco, tomando las hojas que necesites o puedes esperar a que crezca y consumirla, lo bueno es que será una lechuga más saludable que la que puedes adquirir en el mercado, si no la consigues ecológicamente.

3. Espárragos por doquier

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Probablemente este delgado y hermoso brote es el más conocido dentro de la clasificación y uno de los más codiciados. Por eso se explica su alto precio en las verdulerías. No es de cosecha rápidaporque se demora en madurar, pero una vez establecido, el espárrago es capaz de proveer delicias frescas cada año. Si bien es posible empezar a cultivar espárrago desde las semillas, puedes acelerar el proceso de la primera cosecha en un año o dos al plantar tallos maduros. Los tallos son muy comunes en centros de jardinería durante la primavera, o si conoces a alguien que también cultiva espárragos, puedes pedirle que te dé algunos tallos cuando cultive su producción.

4. Ajo

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El ajo necesita mucho sol, aunque puede estar en zonas de sombra parcial. El suelo tiene que estar cavado y quebradizo –mejor si se trata de una zona con suelo arcilloso–. El suelo deberá estar bien drenado y es recomendable que uses compost y estiércol para darle nutrientes a la tierra. Para sembrarlo necesitas dientes frescos que puedes adquirir fácilmente en un mercado local, algún amigo con huerta o una granja. Debes escoger una cabeza de ajos que tenga dientes grandes y que no estén blandos, ya que de cada uno de ellos brotará una planta.
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Si tienes un ajo en casa que haya empezado a brotar, puedes usar ese. Siembra los dientes más grandes del ajo a 5 cm bajo la tierra (y 20 cm entre sí) con la punta hacia arriba. Riégalos frecuentemente. También puedes cubrirlos con un mantillo que incluya heno, hojas secas, paja, compost, estiércol descompuesto o recortes del césped que estén podridos.

5. Albahaca fresca para tu mesa 

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Selecciona algunos tallos de 10 cm aproximadamente y déjalos en un vaso con agua donde les llegue luz directa. Cuando las raíces crezcan hasta los 2 cm, plántalos en una maceta y ya tendrás tu planta de albahaca para condimentar tus comidas.

6. Una sencilla forma de obtener zanahorias sin la necesidad de utilizar semilla

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Los pasos son sencillos, sólo debes coger la parte de arriba de la zanahoria y meterla en agua unos días para ver cómo evoluciona, teniendo cuidado de que no se pudra (pasa bastantes veces). Para ello es mejor observar el estado de la zanahoria antes de hacer el experimento. Con este sencillo video y con paciencia, conseguirás que vuelva a rebrotar la zanahoria a partir de este pequeño bulbo.

7.  Cómo obtener plantas de tomates en 5 días


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Este es un sencillo método para obtener plantas de tomates en pocos días y de una manera muy simple. Todo lo que necesitarás serán las semillas de algunos tomates que tengas en casa, una botella o bidón de agua de plástico, piedras, tierra, papel de diario –periódico– y una bolsa de basura.Puedes ver el tutorial aquí

8. Cilantro

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Como la albahaca, el cilantro puede crecer raíces si se colocan los tallos en un vaso de agua. Una vez que las raíces estén suficientemente largas, solo plántalas en una maceta. En un par de semanas comenzarán los brotes y en un par de meses tendrás una planta entera.